8:00 pm del viernes 13 de noviembre de 1992, Miriam (14), Desirée (14) y Toñi (15) se dirigían a la discoteca Coolor, en Alcácer. Para llegar, tenían que caminar por una carretera unos dos kilómetros. Decidieron hacer autostop, una práctica común de parar carros en plena vía. Subieron a un carro con dos hombres y nunca llegaron a la discoteca. Tres meses después, dos apicultores encontraron los cadáveres, los cuales mostraban indicios de tortura sexual, violación y agresión física. Se dijo que los autores del crimen habían sido Antonio Anglés (26), quien hasta el día de hoy se encuentra desaparecido, y Miguel Ricart (23), que fue detenido y juzgado a 170 años de prisión, pero en el 2013 fue puesto en libertad por motivos incluso desconocidos.
Caso mediático
El caso hasta este punto suena a un triple feminicidio. Lo extraño es que durante esa época y hasta el día de hoy se sigue criticando la investigación debido a las incógnitas y las contradicciones que rodearon a esta historia oculta. Sobre todo, lo más grave del caso fue el tratamiento de los medios de comunicación: se había creado un entretenimiento en torno a la tortura sexual de las mujeres, siendo crudos e insensibles. Fue tanta la desesperación por conseguir las primicias que un canal de televisión lanzó en vivo la noticia del hallazgo de los cadáveres en medio de una entrevista a Miriam García, madre de una de las chicas.
El comienzo de las teorías conspirativas
No se encontraron restos de sangre en el lugar de los hechos, habían restos óseos de otras personas y cabellos que no pertenecían a ninguno de los autores del supuesto crimen. Esto llevó a que el padre de Miriam, Fernando García junto con Juan Ignacio Blanco, investigador extraoficial del caso, se involucren en la situación y saquen a flote una teoría conspirativa alternativa. Blanco explicó que había una historia oculta detrás del crimen que giraba alrededor de videos snuff. Según él, Antonio Anglés y Miguel Ricart, los supuestos asesinos, seguían órdenes de una banda de criminales y torturadores. Ricart solo se encargó de enterrar los cadaveres, mientras que Anglés fue asesinado para que nunca dijera nada.
Esta banda criminal estaba dirigida por políticos y empresarios con muchísimo poder que se dedicaban a grabar videos snuff, un tipo de video corto de torturas y asesinatos. Para respaldar esta teoría, se encontraron restos de las niñas en 4 lugares diferentes de España.
El comienzo del fin del caso Alcásser
Blanco, hasta el día de su muerte el pasado 3 de julio, persistió en la existencia de las cintas que comprobarían el hecho. En ellas, se pueden ver, según él, a dos de las niñas recostadas en una camilla siendo torturadas con un bisturí que cortaba sus partes íntimas. Una cuenta en Twitter amenazó con colocar los videos, sin embargo, esto no ha pasado.
Netflix ha sacado el documental titulado El caso Alcásser en el que se indaga acerca de este crimen con nuevas y horribles pistas.
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